martes, 20 de octubre de 2009

A Mi Lado.-

Los agravios malditos
que salen de tu boca bendita,
me lastiman, y me retuercen
en este letargo de besos sin vida.
No me mientes ni dices la verdad,
crees que el silencio es tu arma más letal.

He jugado contigo batallas
que parecen no acabar,
y se disputan entre el amor y el odio,
mis ganas de avanzar.
No te miento ni te digo la verdad,
pero me cansa la retórica que tenés al actuar.

Se me desngran las manos
de tanto escarbar,
para querer enterrarte,
para quererte ocultar.
No espero de tu boca un suspiro,
ni ver en tus ojos maldad.
Sólo quiero una respuesta,
no una mentira más.

Si me engaña tu voz,
tierna voz que me incita a seguirte,
a caerme cien veces en el mismo lugar,
a revolcarme en el lodo,
a comer las migajas de tu pan.
Sólo he de quedar como una idiota,
porque sé que no te puedo abandonar.

Aunque mis ojos lloren al frente de tus ojos,
y aunque me pudra en este sentimiento de odio,
sé, sé muy bien que seguiría a tu lado,
porque ya no importan los agravios,
los suspitos, lo prohibido o lo mundando.
Sólo importa que te quedes a mi lado.

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